En la candidiasis intestinal, son las levaduras las que aprovechan la escasez de bacterias “buenas” para multiplicarse rápidamente y colonizar todo el canal intestinal. Cuando esto ocurre, la Cándida Albicans puede transformarse en un hongo de tipo patógeno y desarrollar filamentos (hifas y pseudohifas) capaces de adherirse a la mucosa gastrointestinal, debilitarla y atravesarla, consiguiendo así invadir el torrente sanguíneo. Esta repentina permeabilidad de la mucosa intestinal deteriora los receptores nutricionales celulares, favoreciendo la mala absorción de los nutrientes y permite también la introducción en la sangre de proteínas mal digeridas, bacterias, péptidos y sustancias de desecho de los propios hongos. Se sabe que la acción metabólica de la Cándida Albicans produce al menos 79 sustancias tóxicas. Dos de estas toxinas son el alcohol y el acetaldehído (causante de la resaca), que se encuentran en altas dosis en personas con candidiasis sistémica, y que pueden llegar a provocar estados de “borrachera”. El acetaldehído también produce histamina, bloquea enzimas metabólicas, destruye el glutatión y la cisteína (que sirven para desintoxicar el organismo, entre otras cosas), destruye la vitamina B6 y reacciona con el neurotransmisor dopamina (cuya deficiencia puede causar depresión, irritabilidad, ansiedad…). El sistema inmunológico reacciona contra todas estas toxinas generando anticuerpos de forma indiscriminada, anticuerpos innecesarios que provocan reacciones alérgicas a ciertos alimentos y sustancias químicas como productos de limpieza, perfumes, humo del tabaco, pintura… Además, la Cándida puede interferir seriamente dentro del sistema endocrino, ya que puede encajar en determinados receptores hormonales de las células compitiendo con las propias hormonas pero sin llevar a cabo sus funciones. También posee en su membrana celular órganos receptores capaces de aceptar a ciertas hormonas, como la progesterona, impidiendo que lleguen a su destino.
En definitiva, la candidiasis desencadena toda una serie de acontecimientos que colapsan el sistema inmune y provoca un cuadro muy variado de síntomas que dificulta la diagnosis de los pacientes, a menudo tratados de hipocondríacos o depresivos. Éstos no reciben el tratamiento adecuado, agravándose el problema y resultando en un círculo vicioso cada vez más devastador. Algunos de los trastornos relacionados directa o indirectamente con la candidiasis son:
- Enfermedad de Crohn
- Colitis ulcerosa
- Artritis reumatoide
- Síndrome del Intestino Irritable
- Asma
- Psoriasis
- Autismo
- Depresión
- Parasitosis
- Migrañas
- Sinusitis
- Fibromalgia
- Esclerosis múltiple
- Hipotiroidismo
- Esquizofrenia
- Hipoglucemia
- Síndrome de fatiga crónica
- Anemia
CAUSAS DE LA CANDIDIASIS INTESTINAL
La Cándida es un organismo oportunista que precisa de unas condiciones específicas para su desarrollo. Aunque no siempre que se dan las condiciones, se desarrolla la infección, existen diversos factores predisponentes:
- Uso de antibióticos de amplio espectro (que acaban con las bacterias amistosas pero no con las cándidas) así como el consiguiente debilitamiento del sistema inmune.
- Enfermedades inmunosupresoras: VIH, diabetes, tuberculosis, hepatitis, otras enfermedades infecciosas…
- Uso prolongado de corticoides, agentes citotóxicos, quimioterapia, cirugía, transplantes…
- Embarazo. Las levaduras contienen receptores para los estrógenos y la progesterona, que se encuentran en niveles altos durante el embarazo, lo que favorece su desarrollo.
- Hábitos no saludables: consumo habitual de alcohol, tabaco, consumo excesivo de azúcar e hidratos de carbono refinados…
- Carencias nutricionales: deficiencia de hierro, vitamina B12, ácido fólico, azufre o zinc.
- Anticonceptivos hormonales. Destruyen ciertos nutrientes vitales para la salud del organismo (como la vitamina B6) y contienen niveles altos de progestanos, que facilitan la transformación de las levaduras en micelios.
- Estrés continuo. El exceso de cortisol (hormona del estrés) deprime el sistema inmunitario y aumenta los niveles de glucosa.
SÍNTOMAS DE LA CANDIDIASIS INTESTINAL
Los síntomas de la candidiasis suelen ser muy dispares y confusos, son difíciles de relacionar entre si y, sobretodo, asociarlos con unos simples hongos… Su diagnosis suele estar limitada a sus manifestaciones más visibles y localizadas (como infecciones orales o vaginales). Sin embargo, que ‘no se vea’ no quiere decir que ‘no exista’ y no debemos ignorar que el origen del problema es, casi siempre, intestinal.
Los síntomas de la candidiasis varían de una persona a otra y no todos se dan simultáneamente, pero algunos de ellos son:
- Deseos de comer dulces
- Depresión
- Irritabilidad
- Sensación de “irrealidad” o “borrachera”
- Pérdida de memoria
- Incapacidad de concentrarse
- Mareo o pérdida de equilibrio
- Insomnio
- Fatiga
- Dolor de cabeza
- Dolor muscular y de articulaciones
- Gases
- Dolor abdominal
- Diarrea y/o estreñimiento
- Distensión abdominal
- Picor anal
- Picor o flujo vaginal
- Irregularidades menstruales y/o calambres menstruales
- Falta de deseo sexual
- Indigestión o acidez
- Manos y pies fríos
- Necesidad frecuente de orinar
- Mucosidad en las heces
- Intolerancia a ciertos alimentos
- Entumecimiento u hormigueo
- Picor nasal
- Dolor de garganta
- Picor en los ojos¿Con qué enfermedades se relaciona la candidiasis intestinal?
Hay muchas enfermedades que pueden estar sustentadas por una candidiasis intestinal y por eso no se curan y a veces ni siquiera mejoran ante tratamientos bien prescritos por buenos profesionales. Hablamos de enfermedades autoinmunes, como la Artritis reumatoide, el Crohn, la Colitis ulcerosa, el Lupus, … Alergias cutáneas, eczemas atópicos, alergias inhalatorias, asma. Enfermedad de Lyme o Borreliosis. Candidiasis vaginal, oral, cutánea, onicomicosis,, etc…ndidiasis intestinal
Considerando que la literatura científica ni siquiera reconoce la candidiasis gastrointestinal como causa de muchos síntomas, algunos médicos afirman que aun cuando los signos clínicos de infección están ausentes, los problemas relacionados con la levadura pueden causar o provocar múltiples síntomas como fatiga, irritabilidad, estreñimiento, diarrea, distensión abdominal, cambios de humor, depresión, ansiedad, mareos, aumento de peso inexplicable, dificultad para concentrarse, dolor muscular y articular, antojos de azúcar o bebidas alcohólicas, psoriasis, urticaria, problemas respiratorios y del oído, problemas menstruales, infertilidad, impotencia, infecciones de la vejiga, prostatitis y dolor general.
Los ingredientes principales de muchos tratamientos para las infecciones por hongos del intestino son el ajo, la fibra, los lactobacilos y el ácido caprílico. Todos estos compuestos están incluidos en una dieta normal, excepto el ácido caprílico. Sin embargo, el ácido caprílico está presente en cantidades muy altas en el coco.
Por lo tanto, para combatir la candidiasis deberías incluir en tu dieta diaria fibra, yogur, extracto de ajo o un diente de ajo y una cucharada de coco seco.
La terapia antimicótica, generalmente, es una parte importante del plan de tratamiento para la candidiasis intestinal. Esta terapia normalmente se compone de tres partes bien diferenciadas, una dieta antihongos, medicamentos y/o productos naturales antifúngicos y por último, suplementos probióticos.
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